Como parte de la educación, la filosofía es una asignatura fundamental para fomentar el pensamiento crítico, la reflexión y el análisis. Aun así, en un mundo en constante cambio en el que los avances tecnológicos y sociales no cesan, la enseñanza de la filosofía se enfrenta a desafíos a los que debe adaptarse.
¿Cuáles son las tendencias de la educación?
Integración de la tecnología
La tecnología ha transformado (y continúa haciéndolo) todos los aspectos de nuestras vidas. La educación no podía ser menos, así que actualmente se utilizan en las aulas todo tipo de plataformas, recursos multimedia y herramientas interactivas que supuestamente mejoran la experiencia de aprendizaje de los estudiantes.
Las aulas virtuales y otras plataformas en línea ofrecen un espacio en el que el alumnado dispone de numerosos materiales académicos. Los recursos en línea, como vídeos, juegos, presentaciones, etc. permiten que el estudiante pueda ampliar información sobre lo estudiado e incluso encontrar explicaciones diferentes que aporten nuevas perspectivas. Además, las herramientas interactivas permiten mejorar la comprensión de conceptos y teorías gracias a la gamificación, que exige un mayor compromiso y motiva al alumnado gracias a la práctica y la inmersión que requiere.
Enfoque interdisciplinario
Actualmente es importante que las diferentes asignaturas que se imparten en el centro estén conectadas. Este enfoque puede ser un gran reto, pero es cierto que ofrece grandes resultados. A partir de la interdisciplinariedad, el alumnado aprecia como un concepto filosófico también es relevante desde el punto de vista de la historia, la ciencia o la literatura.
Además, permite pensar de manera más amplia sobre diferentes problemas, ya que deben combinar conocimientos y habilidades de diferentes campos, promoviendo así el pensamiento crítico. En este aspecto también es importante incluir temas relevantes y aplicables a la vida cotidiana y al mundo real, pues verán cómo pueden aplicar lo que están aprendiendo en diferentes contextos y situaciones.
Enseñanza basada en competencias y aprendizaje activo
En la enseñanza basada en competencias es fundamental promover el aprendizaje activo, que exige la participación del estudiante en el proceso. Para ello, el docente diseña actividades que permiten al alumnado demostrar que domina ciertas competencias.
En filosofía es importante no centrar el aprendizaje en la memorización, sino en la comprensión y en el desarrollo del pensamiento crítico. Así, adoptar un enfoque basado en competencias, que enfatiza el desarrollo de habilidades críticas y analíticas, plantea a los estudiantes el desafío de pensar de manera creativa, de argumentar de forma persuasiva y de resolver problemas complejos.
Desafíos a los que se enfrenta la educación
Relevancia de lo estudiado
Actualmente podemos consultar prácticamente cualquier tipo de información al momento y sin movernos del sitio. Esto conlleva que a menudo se ponga en duda la relevancia de disciplinas como la filosofía. Sin embargo, es importante enfatizar que la filosofía no se basa solo en conocimientos enciclopédicos, sino que fomenta habilidades fundamentales en muchos campos profesionales y, en general, en la vida cotidiana, como la argumentación o la resolución de problemas. Además, la filosofía proporciona una comprensión más profunda de cuestiones éticas, políticas y sociales, lo que permite participar de manera más informada y crítica en todo tipo de debates y cuestiones de actualidad.
Accesibilidad a los recursos
Aunque la tecnología ha contribuido en cierta manera a democratizar la información y la educación, también puede hacer más visibles las diferencias entre estudiantes de diferentes niveles socioeconómicos. Como la equidad debe estar garantizada en las aulas, es importante buscar alternativas y soluciones para garantizar la accesibilidad a materiales educativos para asegurarse de que todo el mundo tiene la oportunidad de acceder a la información necesaria y de recibir una educación similar a la de sus compañeros y compañeras.
Constante formación de los docentes
Para poder sacar partido a las tecnologías y poder gestionar las nuevas tendencias educativas, es importante que el docente reciba constante formación sobre enseñanza activa, enfoques interdisciplinarios o el uso de la tecnología.
Por suerte, actualmente existen numerosas oportunidades para desarrollarse profesionalmente, como talleres, conferencias, cursos, webinars, etc. Todas estas experiencias permiten adquirir nuevas habilidades y conocimientos relevantes para la educación del presente y del futuro. Este tipo de actividades también pueden servir para conocer nuevas perspectivas, para intercambiar ideas y recursos, participar en comunidades de docentes, etc.
La educación está llena tanto de oportunidades como de desafíos. Las tendencias educativas suponen un reto, a la vez que se pueden observar como una forma de mejorar el aprendizaje para el alumnado. Combinando la creatividad con la innovación, la enseñanza de la filosofía no se verá perjudicada, sino que permitirá mejorar la experiencia tanto para los estudiantes como para los docentes.