El pasado 20 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Felicidad. Una fecha instaurada por la ONU con el propósito de conmemorar la importancia de la felicidad en el bienestar de las personas. Además, durante esta jornada se pretende concienciar a los gobiernos de que, para que sus ciudadanos sean felices, se debe tener en cuenta que la inclusión es un objetivo fundamental para poder alcanzar la equidad y el bienestar, lo que acabará contribuyendo a la felicidad de la población.
La felicidad es algo que nos incumbe a todos, pues es el objetivo que cualquier ser humano persigue y es por ello que os invitamos a tratar esta temática en clase de filosofía. En este sentido, debemos destacar que, debido a su carácter universal, cualquier estudiante podrá aportar su visión sobre la felicidad, por lo que comenzar planteando la pregunta “¿Qué es para vosotros la felicidad?” puede ser un punto de partida interesante. Una vez hayan expuesto y debatido sus ideas, se puede tratar la felicidad desde una perspectiva filosófica a través del pensamiento de distintos autores.
Existe cierto consenso en que la búsqueda de la felicidad es una de las metas principales de cualquier ser humano. No obstante, no existe una fórmula que explique cómo se obtiene, en qué consiste o cómo puede mantenerse en el tiempo. Asimismo, la felicidad es algo tan personal que cada individuo tiene su propia concepción, por lo que no todos la encontramos en el mismo lugar.
Esta idea la defiende el filósofo estoico Séneca, que considera que “todos los hombres quieren vivir felizmente. Sin embargo, cada persona posee una respuesta, una definición de felicidad diferente”. Aristóteles también consideraba que, aunque todos perseguimos la felicidad, unos son felices ganando dinero, otros recibiendo honores y otros viajando, pues cada cual posee el secreto de su propia felicidad, pero, para ello, consideraba imprescindible conocerse a uno mismo y saber qué es lo que se quiere.
La idea de conocernos a nosotros mismos también es importante para Platón y Kant, ya que consideran que la felicidad reside en nosotros mismos. Kant afirma que la obtención de la felicidad no depende de los demás ni es fruto del destino, sino que depende del comportamiento y el carácter de cada cual. Según él, la felicidad es una obligación, pero, son nuestras acciones las que tienen que hacernos dignos de merecerla. Por su parte, Platón afirmaba que “el hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz”.
También es interesante la visión del filósofo griego Epicuro, que ligaba la felicidad a la búsqueda de la sensación que produce el placer y a la capacidad de evitarlas sensaciones dolorosas. Epicuro apostaba por un hedonismo moderado, pues se manifestó contra excesos y deseos innecesarios que nos podrían conducir al dolor, ya que a veces no vale la pena arriesgar el futuro por un placer momentáneo. Además, consideraba la amistad uno de los medios principales para obtener placer y, por tanto, felicidad, ya que nos brinda una sensación de seguridad.
Por último, es interesante destacar la postura de Victoria Camps, una de las grandes filósofas españolas actuales. Para ella, la felicidad “es un esfuerzo constante del individuo y un aprendizaje”, además, “el ser humano necesita a los demás y le gusta la convivencia pacífica, no hay atisbo de felicidad posible si uno se empeña en cerrar los ojos a esa verdad autoevidente”.
A pesar de todos estos puntos de vista, podemos plantearnos: ¿la felicidad actual es la misma que la de las épocas en las que se plantearon esas ideas? Hoy en día, parece que ser feliz se haya convertido en una obligación y que debamos serlo a toda costa, ya que ser infeliz puede ofrecer una visión de lástima o inutilidad. Uno de los factores que ha fomentado esta idea es la exposición en las redes sociales, que incitan a mostrar los momentos más felices de nuestro día a día, mientras que se omiten los agridulces. Además, si estamos rodeados de una supuesta alegría, es más probable que nos sintamos afligidos e incluso culpables, si no compartimos esa felicidad. No obstante, la sensación general de bienestar es muy superior a la de otras épocas, pues ha disminuido la pobreza, disfrutamos de un mejor sistema educativo y sanitario, el nivel de vida ha aumentado, etc.
Tras exponer todos estos argumentos en clase, se puede volver a plantear a los alumnos la pregunta inicial: “Qué es para vosotros la felicidad?”. A partir de sus respuestas podemos ver si han cambiado su visión respecto a la respuesta ofrecida anteriormente, si comprenden los pensamientos de los filósofos, qué aspectos consideran relevantes para ser felices… Por lo tanto, se trata de un tema que invita a la reflexión con el alumnado que, al mismo tiempo que aprende teorías filosóficas, podrá replantearse otros aspectos de su día a día.