¿Para qué sirve la filosofía?

Como docentes, os habréis enfrentado miles de veces a la afirmación de que la filosofía no sirve para nada y supone una pérdida de tiempo para el alumnado. Además, los diferentes cambios en las leyes de educación provocan que la pregunta de si las humanidades son útiles sea bastante recurrente.

¿Por qué pensar de esta manera es tan común? Existen varias razones, entre las que encontramos el hecho de que, en muchas ocasiones, estas disciplinas se asocian únicamente con la vida académica y, además, porque se considera que no contribuye al desarrollo del sistema productivo actual en el que el valor de las personas se mide por su productividad.

Aunque estos argumentos estén bastante extendidos, gracias a la filosofía se hace posible la creación de nuevos conceptos que precisan ideas que todavía no han sido pensadas con claridad y que, posteriormente, se incorporan a otras disciplinas como el derecho, la ciencia o la política. Además, ha sido la disciplina que nos ha proporcionado ciertos ideales de gran relevancia, como pueden ser la igualdad, la libertad o la justicia, por lo que podemos afirmar que la filosofía siempre ha intentado tratar problemas de suma importancia para la humanidad.

Asimismo, existen dos capacidades que se aprenden gracias a la filosofía y que deberían fomentarse, tanto en la etapa educativa como durante el resto de nuestras vidas. En primer lugar, encontramos la capacidad para entender y desarrollar argumentos y, por otro lado, la disposición a tomar decisiones y juicios de una manera más apropiada. Estos dos aspectos implican el desarrollo de nuestra capacidad de análisis y del pensamiento crítico, lo que mejorará nuestras vidas, tanto a nivel individual como colectivo, pues la filosofía también se encarga de fomentar el diálogo y los vínculos entre las diferentes disciplinas existentes, como la biología o el arte.

A raíz de esto, muchos humanistas y científicos consideran que la filosofía es de vital importancia para la sociedad y que, gracias a ella, es posible avanzar en investigaciones científicas y tecnológicas. De hecho, también tiene relevancia en temas que se encuentran presentes en nuestro día a día, como la ecología, los derechos humanos, la inmigración o el cuestionamiento del sistema productivo actual. Aparte, nos permite entender ciertos fenómenos actuales y examinar nuestras libertades y responsabilidades, además de hacernos comprender, mediante la lógica, las distintas maneras en las que los humanos argumentamos y analizamos ciertos discursos.

Otro aspecto que debemos comentar, es que gracias a la filosofía podemos ser más libres, ya que es esta disciplina la que nos impulsa a crear nuestras propias opiniones, a cuestionar la autoridad y los prejuicios, a pensar de forma libre, a comunicarnos de una forma menos ambigua y a resolver problemas gracias al planteamiento de nuevas preguntas.

Si todo lo mencionado suena muy abstracto, a continuación os dejamos algunas ideas más prácticas que permitirán hacer ver al alumnado los múltiples usos de la filosofía ya que, aunque nosotros tengamos clara su utilidad, es importante que ellos también sean conscientes, pues si no la ven, es muy probable que opten por no prestar atención.

  • Estimula el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso. Esto permite que los estudiantes desarrollen su capacidad para resolver contratiempos, eviten estereotipos y prejuicios fruto de la manipulación y para que tengan en cuenta a los demás gracias al desarrollo de la empatía.
  • Favorece el consenso y el sentimiento de colectividad. La filosofía consigue reunir a individuos en una situación de igualdad en la que no existen jerarquías y hace ver que todos los humanos somos iguales a pesar de nuestras diferencias. Esto impulsa el consenso, pues nos permite ser conscientes de que todos tenemos deseos y expectativas, pero que no deben afectar de manera negativa a las necesidades de la gente que nos rodea.
  • A raíz del argumento anterior, la filosofía celebra la diversidad, promueve la empatía y nos educa en el respeto. Un estudiante de filosofía obtiene una visión de la sociedad en la que valora la diferencia y la diversidad, además, permite que pueda ponerse en el lugar del otro, una habilidad que le resultará práctica durante toda su vida. Además, esta forma de ver la vida le hará comprender la importancia del respeto, ya que tomará en consideración la opinión y los valores de los demás.
  • Activa la participación y aprovecha el conflicto como fuente de aprendizaje. El desarrollo de conflictos es inevitable en una sociedad diversa como la nuestra y, en muchas ocasiones son difíciles de gestionar. A pesar de ello, pueden ser una importante fuente de aprendizaje, ya que nos permiten gestionar emociones y situaciones de estrés. Además, la participación puede generar soluciones innovadoras a las que nos sería más complicado llegar sin la colaboración de otros individuos.
  • Gracias a esa capacidad de participación y diálogo, practicamos la negociación, la razonabilidad y otorgamos importancia a la deliberación y la creatividad. Cuando existen debates, es inevitable que aparezcan desacuerdos e intentar llegar a un consenso se consigue mediante la negociación y la exposición de argumentos. Dicha exposición se consigue gracias a la importancia de la deliberación, pues es importante tomarse un tiempo para argumentar adecuadamente lo que queremos comunicar. Asimismo, en un diálogo debemos ser capaces de separar las opiniones de los hechos y saber evitar la manipulación.

En resumen, la filosofía nos permite tener autonomía, sensibilidad y pensamiento propio, lo que nos posibilita convertirnos en ciudadanos responsables y, sobre todo, libres. Las disciplinas humanísticas son fundamentales para el establecimiento de una sociedad democrática, pues nos permite ser capaces de cuestionar las tradiciones y las figuras de autoridad, en las que, por desgracia, no pensamos con suficiente profundidad. Además, el ser humano tiene una necesidad constante de saber, por lo que la filosofía nos otorga libertad y espíritu crítico.

De hecho, la simple pregunta de si la filosofía es útil ya provoca una reflexión que surge a raíz del pensamiento crítico, pues el simple concepto de “utilidad” ya surge de la filosofía. La realidad es que se trata de una disciplina que sirve para todo lo que nos resulta importante, desde la reflexión sobre nosotros mismos hasta el cuestionamiento de todo lo que nos rodea.

A pesar de que hemos podido comprobar las diferentes aplicaciones de la filosofía, también debemos cuestionarnos: ¿todo tiene que servir para algo? Vivimos en una sociedad en la que debemos estar produciendo constantemente para ser considerados válidos y es que, por mucho valor que pueda tener lo útil, la filosofía no tiene la necesidad de asumir ese valor. Precisamente Kant decía que la filosofía, justo por no ser inmediatamente útil para nada, era el más necesario y libre de los saberes. Por tanto, aprovechemos este momento complejo en el que reina la incertidumbre para reflexionar y darnos cuenta de que el verdadero criterio para decidir si algo es útil está en la felicidad que nos proporciona.