La moralidad de la cultura de la cancelación

El fenómeno de cultura de la cancelación está cada vez más extendido, sobre todo a raíz del auge de las redes sociales. Pero, ¿en qué consiste? Se entiende por cancelación el hecho de que un grupo de usuarios de redes sociales señalen y critiquen públicamente a celebridades, empresas o personas no tan conocidas que hayan expresado opiniones ofensivas, inapropiadas o cuestionables desde un punto de vista moral.

La cultura de la cancelación: un fenómeno controvertido

Los movimientos de cancelación están bastante extendidos y, además, existe controversia en torno a ellos, sobre todo por sus consecuencias. Las conductas que se señalan suelen ser reprobables, pero, al mismo tiempo, la persona “cancelada” suele enfrentarse a consecuencias sociales y profesionales significativas.

Así pues, algunas personas ven la cultura de la cancelación como una forma necesaria de responsabilizar a quienes perpetúan conductas dañinas, mientras que otros la critican por su falta de proporcionalidad y sus posibles efectos negativos en la libertad de expresión y la justicia. Como en muchos temas, la discusión y el debate son fundamentales para comprender a fondo este fenómeno social y cultural.

¿Y qué tiene que ver con la filosofía?

En la cultura de la cancelación intervienen cuestiones como la ética, la moral, la justicia o la libertad de expresión.

La ética analiza lo que es moralmente correcto o incorrecto, y proporciona un marco para analizar y evaluar la moralidad de las acciones y decisiones humanas. Cuando se trata de la cultura de la cancelación, la ética juega un papel fundamental en la evaluación de la moralidad de este fenómeno y en la comprensión de las cuestiones éticas involucradas.

Así, la ética puede ayudar a emitir juicios sobre si la cultura de la cancelación está justificada desde un punto de vista moral. Por ello, se pueden plantear en el aula preguntas como: ¿es moralmente aceptable exponer en público a alguien por una acción o declaración?

Asimismo, un debate interesante en clase puede girar en torno a si la moralidad es objetiva o subjetiva. Las acciones que se cancelan, ¿son incorrectas objetivamente o en la moralidad siempre entra en juego la perspectiva individual?

También puede ayudar a evaluar la proporcionalidad de las consecuencias. ¿Son proporcionales a la gravedad de las acciones o las declaraciones que provocaron esa cancelación? Sopesar la justicia de las consecuencias puede ser una buena actividad para realizar con el alumnado.

¿Es una cultura constructiva?

La cultura de la cancelación da lugar a numerosos debates, pero, ¿son diálogos constructivos o están basados en la denuncia pública? Podemos estudiar si los juicios morales que hay detrás de la cancelación están bien fundamentados o si pueden ser objeto de debate.

Libertad de expresión y discurso de odio

Otro aspecto que se puede abordar es el de la libertad de expresión y la lucha contra el discurso de odio. La filosofía ha debatido durante siglos los límites de esta libertad, por lo que pueden plantearse cuestiones como si la cancelación es legítima para contrarrestar un discurso de odio o hasta qué punto se debe permitir la expresión de opiniones controvertidas e incluso ofensivas.

La paradoja de la tolerancia

A raíz de esta reflexión se puede introducir la paradoja de la tolerancia, el concepto introducido por Karl Popper que señala que si una sociedad democrática es totalmente tolerante y permite que individuos o grupos intolerantes expresen sus opiniones libremente sin restricciones, existe el riesgo de que estos aprovechen para socavar y destruir la misma sociedad tolerante.

Para Popper, existen circunstancias en las que una sociedad no debe ser tolerante con quienes promueven la intolerancia y amenazan los derechos y la seguridad de otros individuos. No obstante, no aboga por la represión, sino que plantea la necesidad de equilibrar la tolerancia con la defensa de los valores democráticos. Plantear esta paradoja en clase puede dar lugar a un debate en el que el alumnado exprese su opinión y se intente llegar a acuerdos.

La cultura de la cancelación es un fenómeno popular en la actualidad y, al mismo tiempo, plantea importantes cuestiones éticas y filosóficas. Plantear estos asuntos podrá promover entre los estudiantes el pensamiento crítico, la reflexión y una mejor comprensión de cuestiones como la libertad de expresión, la justicia o la moralidad.