Seguro que habéis oído hablar en alguna ocasión del aprendizaje por proyectos, un enfoque de trabajo en el que, en lugar de seguir un planteamiento tradicional centrado en lecciones teóricas y exámenes, el alumnado se involucra activamente en la resolución de problemas o en la creación de productos relacionados con el tema de estudio.
En la sociedad actual, en la que todo se encuentra en una situación de cambio constante, es fundamental que los estudiantes adquieran habilidades prácticas que les permitan enfrentarse a todo tipo de desafíos. Por ello, al trabajar por proyectos ponen en práctica los conocimientos adquiridos, de manera que integran mejor las lecciones impartidas y, al mismo tiempo, aprenden a llevar a cabo proyectos que podrán serles de gran utilidad tanto en su futuro personal como profesional.
Elementos clave del trabajo por proyectos
Algunas de las bases para este tipo de enfoque de trabajo son los siguientes:
- Establecimiento de un tema central. Los proyectos deben estar basados en una cuestión central a partir de la cual el alumnado debe investigar.
- Fase de investigación. El primer paso una vez establecido el tema del cual partir, debe ser el comienzo de la investigación. Aunque el proyecto sea grupal, es interesante comenzar a investigar por separado o repartir subtemas para que cada miembro del equipo indague sobre uno de ellos.
- Planificación. Cuando se constituye el proyecto se debe poner una fecha límite y una meta a alcanzar. De este modo, los estudiantes podrán fijarse tareas específicas, plazos concretos, etc., que les permitirán planificarse adecuadamente.
- Trabajo individual o en equipo. Aunque estos proyectos pueden realizarse individualmente, trabajar en grupo puede ser muy enriquecedor para los participantes, ya que además de los beneficios mencionados anteriormente, también desarrollarán habilidades sociales y se fomentará la colaboración.
- Presentación del proyecto. Dependiendo de la meta establecida, el proyecto podrá presentarse de una manera o de otra. Las presentaciones también serán útiles para que el alumnado sea consciente de cómo podrán llevar a la práctica los conocimientos adquiridos.

En clase de filosofía, trabajar por proyectos puede servir para fomentar el pensamiento crítico y la reflexión sobre los temas presentados en el aula, ya que los estudiantes deben investigar, tomar decisiones y enfrentarse a desafíos reales durante el proceso. Además, también fomenta habilidades como la comunicación o la gestión del tiempo, competencias que serán valiosas tanto en el mundo laboral como en la vida cotidiana.
Cómo implementar el aprendizaje por proyectos
Implementar este modo de trabajo en las aulas no siempre resulta sencillo, por lo que conocer algunas ideas sobre cómo hacerlo puede ser de gran utilidad.
- Permite a los estudiantes elegir la temática o la tipología del proyecto. A partir del tema que se esté tratando en el aula, ofrece al alumnado un abanico de objetivos, de manera que puedan involucrarse desde el principio. Por otro lado, permíteles escoger el tipo de proyecto; eso aumentará su motivación, ya que elegirán el que les parezca más interesante.
- Asesórales en su investigación. Hoy en día es muy fácil obtener información sobre un tema determinado, no obstante, seguro que conoces algún libro, una página web, una película, etc., que les puede ser de utilidad para interesarse más en el proyecto.
- Fomenta el debate. Que los estudiantes puedan poner en común la información que han recopilado para discutir sobre sus diferentes puntos de vista será muy interesante para reflexionar sobre su trabajo.
Beneficios de trabajar por proyectos
Además de algunos de los beneficios ya mencionados, como el desarrollo de las habilidades sociales, podemos encontrar muchos otros, como:
- Aprendizaje activo. La elaboración de proyectos involucra a los estudiantes activamente en el aprendizaje. De esta manera se convierten en sujetos activos que investigan, planifican, crean… Así, la comprensión de conceptos será más profunda y duradera.
- Desarrollo de habilidades prácticas. La investigación, la resolución de problemas, la comunicación oral y escrita o la creatividad son algunas de las muchas habilidades que se ponen en práctica trabajando por proyectos y, todas ellas, podrán aplicarlas en otros contextos.
- Aumenta la motivación. Muchas veces el alumnado no se siente motivado al no saber cómo relacionar lo aprendido con el mundo real. Si aplican la teoría en proyectos prácticos, aprenderán a adaptar su conocimiento a todo tipo de situaciones.
- Fomenta la creatividad y el pensamiento crítico. Estos proyectos desafían al estudiante, ya que para avanzar tendrán que plantearse preguntas, analizar la información, tomar decisiones, etc.
Como vemos, aplicar este tipo de aprendizaje en las aulas puede preparar al alumnado para el futuro a la vez que trabajan en su presente. Asimismo, tanto docentes como estudiantes tendrán una mayor motivación, ya que estarán en constante aprendizaje y siempre tendrán ganas de saber más.
Nuestros proyectos de Filosofía han implementado esta manera de trabajar, por lo que pueden ser un muy buen recurso en el que apoyarse para introducirlo en las aulas. Al principio de las secuencias se plantea una situación de aprendizaje que parte de una situación real o hipotética en la que se tiene que dar respuesta a una pregunta o a un problema relacionado con el ámbito de la filosofía y que culmina con la elaboración de un producto oral, escrito o audiovisual. En cada una de ellas se incluye un conjunto de materiales (tiras cómicas, vídeos, infografías…) que serán de utilidad para elaborar el producto final.

Puedes consultar más información sobre ellos aquí: https://dialogo.dialogo-tilde.es/categoria-producto/material-didactico/.