EL ÚLTIMO SUEÑO DE
NIETZSCHE.
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Weimar, agosto de 1900. El filósofo Friedrich Nietzsche está en el ocaso de
su vida. Paralítico y con el espíritu aparentemente extinguido, se enfrenta a
sus últimos días. Pero una vez más sus pensamientos renacen y, con amargura y
de-sesperación, reconoce que su hermana Elisabeth no sólo ha usurpado su
legado espiritual sino que a él mismo, a su desvalido hermano, lo utiliza como
una pieza viviente del inventario de su archivo-Nietzsche. Así, decide poner
fin a esa macabra comedia que pretende asimilarlo a una estrella de la cultura
de fin de siglo, y mediante una sobredosis de opio se refugia en un último
sueño...
En una admirable combinación de hechos auténticos y de ficción, el
reconocido experto en Nietzsche Joachim Köhler nos devuelve a la vida al
filósofo y a sus amigos, tanto los verdaderos como los falsos.
Ciertamente, la dosis de opio que calma sus dolores, allí sobre su mesita de
noche, junto a su lecho de enfermo, es suficiente para apagar su vida. Pero en
Friedrich Nietzsche provoca que su espíritu se encuentre una vez más consigo
mismo: de nuevo revive las etapas de su locura y regresa en sueños a Turín,
donde años atrás se alojó en una mísera buhardilla y donde, absolutamente
solo, fue madurando la idea de Dionisos, el dios de la embriaguez y la
sexualidad.
Cuando, como consecuencia de ello, su viejo amigo el teólogo Franz Overbeck
lo lleva al manicomio de Basel, allí le aguardan el sarcástico doctor Ludwig
Wille, ansioso por analizarlo; la feminista Helene von Druskowitz, quien en
cierta ocasión lo rechazó con dureza, y que todavía cree tener una cuenta por
saldar; el fanático nietzscheano Paul J. Möbius, quien acabaría traicionando
a su declarado ídolo. Secuestrado de Turín, dando tumbos entre la megalomanía
y la serena lucidez, Nietzsche se interna en el laberíntico mundo del
manicomio, donde todos se interesan apasionadamente por el ave del paraíso,
pero nadie se pregunta por el hombre y su voluntad.
Únicamente una persona se imagina lo que pasa por su mente: Ludwig von
Scheffler, su en otro tiempo discípulo favorito, que nunca olvidó a su genial
maestro. Y con su ayuda Nietzsche encuentra aquello que en su vida le había
sido vedado: el camino a la anhelada libertad.
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